El coronavirus o COVID-19 viene impactando considerablemente en los mercados de minerales internacionales, en donde uno de los metales con mayor impacto es el cobre. La inmovilización obligatoria ya se sintió con mas fuerza en el sector minero que hasta hace una semana tenia aislado a un equipo de trabajo en sus operaciones en el Perú. En chile el 60% de sus minas siguen operando bajo un plan de acción con el foco de prevenir y contener las situaciones que se puedan generar debido al periodo invernal y la situación de alerta generada por el coronavirus, manteniendo a los trabajadores informados, protegidos y orientados. De modo de no afectar la continuidad operacional. De esta forma es como se mueven las operaciones mineras en los dos países con mayor producción de cobre en el mundo.
El precio del cobre ha caído un 30% durante la propagación del coronavirus y su impacto en los mayores productores de cobre en el mundo que comparten una dependencia común, el metal rojo, ha sido muy significativo. En el primero, Chile, supone el 28% de la oferta y en Perú, el 12%. Ambos países resienten especialmente la reciente caída en la cotización de este mineral, que en poco más de un mes ha bajado un 10% pese a partir de niveles ya de por sí bajos. La dependencia económica de ambos países es inmensa, con la décima parte de su PIB dependiente de la minería.
Asu vez, como todos sabemos China es un gigante de la industria mundial, y Wuhan, una de las 10 mayores economías del gigante asiático, la ciudad donde se originó el COVID-19, es un centro importante para la producción de vehículos, y por ende, consumidores de cobre. Nadie se atreve a bajar la guardia en Wuhan, donde murieron más de 2500 personas y se infectaron a más de 50000, donde hace una semana levantaron la cuarentena después de 11 semanas. El miedo del virus aún está muy presente, y para retornar a la vida normal se necesitará un tiempo prudente. Por el momento vienen funcionando restaurantes de comida rápida, pero los cines, teatros, pabellones deportivos no pueden abrir por miedo a las aglomeraciones en espacios reducidos.
Sin embargo, existen razones alentadoras para lo que se viene en las próximas semanas. Una de ellas es que existe un menor suministro de chatarra de cobre, lo que aumenta la demanda de otras formas de metal según el analista de Quantitative Commodity Research, Peter Fertig, advirtió. «Algunas personas están convencidas de que las cosas están mejorando y se están posicionando de acuerdo a eso, pero una recuperación en forma de ‘V’ podría resultar ser sólo una ilusión». Esperemos la pronta recuperación del gigante asiático, de quien dependemos enormemente por ser el mayor consumidor mundial de cobre y otros metales industriales. Que la posible recuperación del precio de este metal, importante para nuestra economía, se repunte y se estabilice.