“Todo es posible, siempre y cuando realmente creas en ello”
Me llamo Liliana Vargas, soy ingeniera Geóloga desde hace 10 años. El motivo que me impulsó para estudiar esta carrera fue que yo quería trabajar en algo que no fuera común y que pudiera demostrar a la sociedad que una mujer puede llegar a ser lo que se proponga.
Saliendo de la universidad elegí trabajar en el rubro minero como ingeniero geólogo en una mina subterránea e inicialmente no sabía lo difícil que sería encajar en un ambiente totalmente de hombres.
Una de las cualidades que me caracterizan es que no me rindo ante los retos y siempre logro demostrar mis capacidades y mi desempeño como Geólogo.
A lo largo de estos 10 años en la minería he tenido muchas alegrías, pero también muchos obstáculos y cuestionamientos por mi género; Cuando trabajas en un ambiente de hombres te enfrentas diferentes retos como el dominio masculino y falta de credibilidad en las tomas de decisiones y hay personas que te hacen sentir que por ser mujer eres inferior a ellos. Otro reto muy importante que me enfrente fue ser mamá, estoy segura de que muchas mujeres se identificarán con esto; combinar la maternidad con la minería es muy difícil, sin embargo, no es imposible. Existen diferentes áreas laborales dentro de la minería ya sea en campo y fuera de él, ambas igual de importantes.
Pero, entonces ¿Por qué le tengo tanto amor al trabajo en una mina y por qué considero este trabajo como una de las cosas más importantes y trascendentes en mi vida?, estoy segura que es por que pude demostrar mis conocimientos, pude demostrarme a mí y a todos que a una mujer puede llegar a ser lo que se proponga en el lugar que sea. Las mujeres en la minería aportamos tenacidad, dedicación, carácter, objetividad, lealtad al trabajo, somos más precavidas ante las situaciones de riesgo, somos organizadas y aportamos ese toque de sensibilidad a las personas.
Cuando rompes todas estas barreras de género con tus compañeros, el ambiente se torna más armonioso y se genera un ambiente de respeto a tu persona.
Me considero una persona muy afortunada al elegir este tipo de profesión, he aprendido mucho y sobre todo he demostrado que ser una mujer no significa debilidad, significa estrategia e inteligencia para poder llegar a ser una profesionista respetada y admirada por mis compañeros.
Este mensaje es especialmente y con mucho cariño a las nuevas generaciones de mujeres jóvenes, “No se rindan, no deserten, luchen por lo que piensan, sueñen, pero sueñen en GRANDE”.